El amor nos vuelve tarados volver


(Por: Julio Parissi)

En la Biblia del pensamiento criollo que es el "Martín Fierro", siempre encontramos una frase que define cada uno de los temas de la vida. En lo referente al enamoramiento del hombre, dice: "Es zonzo el cristiano macho cuando el amor lo domina". En realidad, quedaba mejor decir tarado, pero a Hernández la palabra tarado no le entraba bien en el verso.
Y es así: los tipos enamorados se vuelven unos imbéciles y dejan de lado la mucha o poca lucidez que tenían antes de encandilarse por un par de ojos bien parados y turgentes. Luego, con el amor viene el casamiento. Y se sabe que el hombre, para llegar al casamiento, tiene que estar muy, pero muy enamorado, porque si el amor no lo volvió tarado y está lúcido, no lo enganchan ni loco.
Para un tipo enamorado todo es lindo, y esa es, quizás, la única explicación de que muchos bagayos que andan por nuestra ciudad logren enganchar pareja.
Es que toda mujer que logre enamorarnos, será la mujer de nuestros sueños; póngale la firma que de ahí en adelante viviremos como perfectos dormidos.

Además de volvernos ciegos, el amor nos vuelve sordos, y podemos soportar hacer el amor escuchando a Luis Miguel o Enrique Iglesias. Aunque, en materia de música, los ritmos que mejor acompañan al romanticismo de un enamorado son el tango y el bolero. La diferencia es que el tango es para el imbécil triste y el bolero para el boludo alegre.
Hay que ser muy tarado para no darse cuenta cuando uno está enamorado, porque si no hay diferencia con nuestro comportamiento anterior y hacemos boludeces como siempre, es que ya éramos idiotas de antes.
Dicen que el corazón tiene razones que la misma razón desconoce. Eso pasa porque al enamorado no le queda otra que razonar con el corazón, porque cuando se encajeta pierde la cabeza. Nunca se sabe si un hombre enamorado vive en el séptimo cielo o en una nube de pedos. Pero, para el resultado final, las dos cosas son iguales.




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