Consejos pa' un hijo virgo | volver |
y empriésteme su atención ya que quiero en la ocasión dejarle algunos consejos pues lo que quiere su viejo es que usté no sea un güevón. Me ha llamao la atención que ya cumplidos los siete naides me diga : "El purrete seguro que habrá culiao". Le juro que me ha dejao propiamente p´al ojete. Yo que anduve en tantos bretes desde chiquito nomás y en toda oportunidá siempre tuve el tiento duro, tengo miedo, le aseguro, que me salga marchatrás. Por pura casualidá me enteré los otros días que la hija ´e los Tobía quiso jugar al dotor y usté dijo : "No señor yo juego a la lotería". ¡Fíjese que picardía cambiar ese juego al ñudo! Dispué supe que jue al ludo que terminaron jugando, la cosa es que está quedando como flor de pelotudo. Por eso es que lo sacudo con esta sarta ´e consejos. P´a que cuando llegue a viejo no se ponga usté a putear cuando dentre a recordar lo que perdió de pendejo. Y aquí van estos consejos que yo le quiero brindar y le puedo asegurar que dispués de este sermón va a ser rara la ocasión en que se vuelva a pajear. Porque no me va a negar que se pajea tupido, ya que me tiene podrido cuando su mano pajera hace temblar la catrera creyendo que estoy dormido. Y que además de atrevido como a usté nada le cuesta, ni siquiera se molesta en buscar otro momento y por zamarrearse el tiento no deja dormir la siesta. La paja es como una fiesta que se debe disfrutar, pero no hay porqué cagar a los que están cerca suyo ¡vaya, piérdase en los yuyos y dése hasta reventar! Además le viá enseñar que hay muchas clases de paja. No es tan sólo el sube y baja de su mano contra el choto porque esa es paja de croto y sin ninguna ventaja. Tiene p´a los días de lluvia la llamada "paragüita": se toma la cabecita con la punta de los dedos y aunque le llueva hasta el pedo no le cae ni una gotita. Otra paja diferente, la llamada "mironera": saque la cabeza afuera, mírela muy concentrao y frótela entusiasmao sin que le tiemble la pera. En pajas instrumentales no hay como "la guitarrita": ponga la pija durita. tóquela como a guitarra y p´a completar la farra rásquese las dos bolitas. También está la llamada "tiro al blanco para abajo", consiste en mostrar el tajo que se encuentra en la cabeza y al verlo, con gran presteza, pegarle un escupitajo. En las artes culinarias tiene la "fideo-pajín": amase suave el pilín con las palmas de las manos y verá que su gusano se parece a un tallarín. Otra paja muy sabrosa la llamada "chori-par": las manos deben estar con dedos entrelazados, se aprieta el pito parado y se agita sin cesar. En pajas disimuladas no hay como "la bolsillera". Es además muy canchera porque con mano en bolsillo usté aparta el calzoncillo y se la hace donde quiera. En las pajas colegiales está la "morfo-sintáctica". es una paja simpática porque sentado y en clase usté muy piola se la hace entre el libro de Gramática. Pero de todas las pajas la más limpia y consagrada se hace con la media. Usada como si fuera un condón, se enfunda y en el talón se descarga la vaciada. Y aquí le dejo aclarada esta primera mención: se llama forro o condón a una goma conocida que p´a cubrirse del SIDA se coloca en el pijón. Y cambia la sensación si no se lo usa de entrada, porque la chota enfundada puede sufrir sofocón y, según su dimensión, bailar o estar apretada. Pero basta de aclaradas y escúcheme sin chistar que casi me hace olvidar del tema de la cogida que es lo mejor de la vida, se lo puedo asegurar. Primero debe encontrar una mujer que esté buena, que sea bonita, serena y poco conversadora. Sino a las dos o tres horas le tendrá las bolas llenas. Nunca debe sentir pena porque una mina se pierda. Si ella tira p´a la izquierda usté tire a la derecha y siempre busque la brecha, aunque quede p´a la mierda. Si resulta medio lerda usté debe aligerarla. Dentre despacio a tantearla sobándole media teta, que de esa forma discreta es más fácil calentarla. Y mientras sigue la charla hágase un poco el fruncido y medio como al descuido conviérsela de costao y cuando esté acomodao lengüetéele el oído. Usté dirá : "Qué aburrido usar esa forma vieja" pero asujete su queja ya que tiene que aprender que casi toda mujer afloja desde la oreja. Si está contra alguna reja, dispués que la ha besuqueao, con muchísimo cuidao arrímese dispacito y empiece a afirmarle el pito, que seguro está parao. Si ella se hace p´a un costao usté se me queda piola, pues ya verá que ella sola se ha de volver a arrimar y usté lo habrá de notar cuando le roce las bolas. Y si dentra a querer lola hable de lo que concierna. Dígale unas frases tiernas referidas al momento y vuelva a afirmarle el tiento entremedio de las piernas. Y si vuelve a estremecerla, como estoy seguro, amigo, sin fijarse si hay testigos y como cosa común, llévele la mano aún más abajo del ombligo. Si a esta altura del partido ella sigue muy coqueta tóquele toda la teta y haciéndose el distraído por encima del vestido tantéele la cajeta. Despréndase la bragueta usando sólo dos dedos, proceda con gran denuedo pero siempre concentrao y tenga mucho cuidao que no se le escape un pedo. Un ruido puede dar miedo por eso se lo menciono, hay que tener mucho aplomo p´a saber lo que no gusta pues si la mujer se asusta usté se hará la del mono. No piense ni por asomo que ella no le va a aflojar, ya que puede peligar su integridad de varón. No sea que en la ocasión no se le vaya a parar! Bueno, voy a continuar explicando mi lección; una vez que en la región del papo dentre a tantear, con el dedito pulgar hágale a un lao el calzón. Si ella hace una exhalación como que está muy rechoncha y a más su intención no troncha no le queda otro remedio que meterle el dedo ´el medio hasta el nudillo en la concha. Si ni siquiera rezonga cuando usté el dedo le pierda, tantee con la mano izquierda p´a ver si estuvo certero. Ya que si le erró de aujero lo sacará lleno ´e mierda. Es difícil que se pierda por brava que sea la lucha y aunque mi cencia no es mucha delo ya como sabido, que siempre el upite ha sido más chico que la cachucha. No afloje ni diga "pucha" hasta que no se la meta. Desprenda bien la bragueta no sea que dispués se aflija porque le quedó la pija trabada en la camiseta. Con el dedo en la cajeta proceda con ligereza, pele el choto con presteza y agachándose un poquito empiecelé, despacito, a hacer jugar la cabeza. Que no le dentre tristeza si a la concha no le llega, enseguida haga esta prueba: relaje las pantorrillas y afloje bien las rodillas p´a ver si encuentra la cueva. No es ninguna cosa nueva, pero si es cosa segura, que estando con calentura cuando termina ´e coger medio que le va a doler un poquito la cintura. Si la mujer está pura usté no se lo pregunta. No estando las piernas juntas cuando usté piensa "te sirvo" se ha de encontrar con el virgo cuando le meta la punta. Y por si usté me pregunta: -¿El virgo qué carajo es?- Con sapiencia le diré que viene a ser un tejido que entre la concha, escondido, lo tiene toda mujer. Para poderlo romper ella tiene que aflojar. Primero le va a causar un poquito de dolor pero le pasa el ardor cuando le empieza a gustar. Y ahí viene cuando se junta la cachucha con su choto. Si ella hace mucho alboroto la tiene que consolar, cuestión de que al terminar salga con el virgo roto. Nunca quede como un croto con una mujer conchuda. Si su poronga es menuda lo debe disimular, no se la vaya a mostrar y así queda con las dudas. No hay cosa más peliaguda que cuando l´es grande la torta pues sólo nos reconforta este amargante pensar: Es al pedo rempujar cuando la poronga es corta. Sólo una cosa conforta y sirve como desquite: enseguidita cubrite para no pasar vergüenza y hacele con gran paciencia ¡refucilar el upite!. El que tome este desquite no debe hacer disparates y antes del grito "aprontate" debe escupir la rendija p´a no salir con la pija como si fuera un tomate. El upite nunca late pero tiene contracción, tal vez sea un retorsijón permanente en la barriga porque se frunce y se estira como fuelle de acordeón. También en esta región, que es muy apta p´a la pija, tirando a papel de lija y entremedio de las piernas, hay unas arrugas tiernas denominadas verijas. Por el olor no se aflija ni tampoco sienta rabia. La naturaleza es sabia y todo lo va adornando ya que suele haber, colgando, racimitos de cascarrias. Y ya que tengo la labia platicando sobre el orto no se me quede usté absorto si es que la sienta gemir, pues siempre habrá de sufrir aunque su bicho sea corto. Y también le va a tocar en este mundo tan bruto, aunque no se lo discuto que la impresión es jodida, no tener otra salida que hacerle el favor a un puto. No me mire con asombro, ni diga "¡Nunca jamás!", dejemos así nomás la cosa sin discusión, que si llega la ocasión veremos si se echa atrás. Porque cuando pica el bagre es al pedo que se queje. Por eso nunca refleje su asco por los marchatrás ya que la necesidad tiene la cara de hereje. Lo cierto y seguro m´hijo es que el puto, a mi entender, viene a ser una mujer con una verga colgada que le sirve p´a las meadas, pero no para coger. Parece, según me han dicho, que cuando uno se la mete siente el puto en el ojete un infinito placer. Más o menos viene a ser cagar p´a dentro un sorete. Lo que me causa extrañeza y le digo que no entiendo es que un sorete tremendo le cause placer, le juro, porque a mí, si cago duro, me queda el upite ardiendo. Pero en fin, es cosa de ellos, lo que he dicho lo repito y esto delo como escrito ya que le pongo mi empeño: Naides como el puto es dueño de hacer de su culo un pito. Por las dudas si es que acepta, aquí van mis instrucciones: Bájele los pantalones arrollados como ovillo y en sus propios calzoncillos ocúltele los cojones. Colóquelo en cuatro patas con la cabeza en el suelo, desparrámele los pelos, tome bien la puntería y sin pensar "¡Quién diría!" mándesela hasta los güevos. O pida que lo acompañe con un pedo al empezar. Mas se tendrá que cuidar dispués que haiga terminao, debe sacar con cuidao porque lo puede cagar. Y no se vaya a emperrar a sacarlo de improviso, más vale dele el aviso pues conozco a mucha gente que al sacarlo de repente le cagaron el chorizo. Hágase un buche de meada cuando acabe la función ya que puede en la ocasión sin que siquiera lo note, agarrarse en ese ocote una flor de purgación. No crea que es mi intención darme dique de dotor, pero si siente un ardor en el caño cuando mea, esa es la señal más fea para todo cogedor. Pero a veces sin ardor, ni decir siquiera mus, le pueden poner la cruz queriendo mandarlo al nicho, si usté nota que en su bicho hay una gota de pus. Ligero como una luz proceda en tal situación. No vaya a ser tan güevón de pensar que pierde leche y cambie su desafreche por una buena inyección. Cuide mucho su poronga, téngala siempre limpita, sin afrecho, cuidadita, que si se llega a podrir otra no va a conseguir aunque le sobre la guita. Si usté es un hombre preciso y metódico p´al fierro no habrá de tener ni un yerro, pero si es un pelotudo, además de ser cornudo, habrá de cagar p´al perro. Perdóneme si me aferro en este palabrerear pero debe recordar aquella frase sensible que dice: "Es preferible el prevenir que curar". Y si usté quiere lograr que una mujer lo complete, a más de hacerle el ojete también le debe enseñar para que aprenda a tocar suavemente el clarinete. No se extrañe que lo rete, ni diga que es algo feo, pues la fuerza del deseo solita la va a llevar a que ella dentre a gozar cuando le tire el fideo. Me parece que lo veo a usté con la boca amarga, aguantando la descarga, mas cuando llega el aflojo hace revolear los ojos y quedar la cara larga. Pero además de gozarla también debe hacer gozar. No se me vaya a asustar ni me escuche con horror. ¡P´a ser un buen cogedor se tiene usté que bajar! Primero le va a causar un poco de repunancia pero escuche con constancia y no arme tanto alboroto que por más que uno sea un croto no hay que hacer pobre la estancia. Sé que es brava la fragancia que sale de la cajeta, pero empiece por las tetas, papo, verijas, ombligo, y así como se lo digo ha de llegar a la meta. Lengüetée en forma discreta desde el tobillo al pescuezo y no se asuste por eso del "olor a bacalao" pues el que se lo ha contao por lo menos le dio un beso. No piense usté con los sesos que no ha de llegar a nada. La concha es medio salada pero nadie va a negar que si se anima a probar verá que al final le agrada. Viene a ser como una boca con unos labios grandotes, toda llena de bigotes y en posición vertical. Con una distancia igual a dos dedos del ocote. Tiene un aujero grandote, por unos pliegues rodeado, con un pitito atrofiado que al tocarlo se estremece y que es, según me parece, clítoris denominado. La concha, según se ha dado, puede ser como un manjar. Pero le puede pasar que a veces, por un desliz, al arrimar la nariz le den ganas de lanzar. Porque le voy a enseñar y ponga mucha atención que hay una descomposición en los órganos hembrunos llamada regla por unos, y por otros menstruación. Parece que la cuestión le baja una vez por mes, la verdá, mucho no sé, pero va juntando a diario una cosa en los ovarios que le jede a no sé que. Por eso si llega usté a bajarse en ese día le quedará la porfía de saber, sindudamente, si la cachucha es decente o si es esa porquería. Pero pasado unos días se vuelve a normalizar, ya que deja de sangrar y el tufo desaparece. Así que si le parece zambúllase a lengüetear. Si se llega a acostumbrar lo va a hacer como si nada y si no entra en la bobada de darle bola al prejuicio, verá que es mejor que un vicio ya que no le cuesta nada. Después que esté concretada la cuestión de la mineta es fácil que se someta, ya sin tanto disimulo, a una chupada de culo, para hacerla más completa. Como verá usté, la jeta es el recurso del pobre y aunque la plata le sobre no hace falta que se agote p´a averiguar que el ocote tiene un cierto gusto a cobre. También debe hacerse el hombre el upite lengüetear. Mas debe de calibrar ese momento gozoso pues puede ser peligroso de que le dentre a gustar. Ya sé que habrá de gozar, eso no se lo discuto, pero el hombre aunque sea bruto debe medir su caudal. ¡No sea cosa que al final se salga volviendo puto!. Disculpe si he sido bruto, o muy dejetao, o rudo, pero si así lo sacudo es para su bien, nomás, pues quiero que nunca más pase usté por pelotudo. Y espero que no sea al ñudo toda esta conversación y que en cualquier ocasión lo ayuden estos consejos que aquí le deja su viejo ¡P´a que coja a lo varón!. |