El narrador confundido volver


(Por: Boby Flores)

- Cierto dia iba Caperucita por el bosque de... ¿Cómo mierda se llamaba ese bosque?
- ¿El bosque de Sherwood?
- No, ese era el de Robin Hood.
- ¿Robin Hood no era el compañero de Batman?
- No, el compañero de Batman era Mandrake.
- Si Mandrake era un mago!
- ¿Y que tiene? Además era el ayudante de Batman.
- ¿Seguro?
- Y claro. ¿Para que te contaría mentiras, ¿eh? ¿Queres que siga?
- Y si...
- El bosque quedaba en Transilvania.
- Che, no jodas. ¿Transilvania no era donde vivía el Conde Drácula?
- Vos tenés todo mezclado. No prestás atención a lo que te cuento y se te mezcla todo. Transilvania queda en Estados Unidos. Si me vas a cuestionar todo mejor me callo...
- Si, mejor.
- Ahora no me callo nada.
- Te callas porque no queres contarme el cuento, porque no lo sabes.
- Claro que lo se. Ahí te va: Cierta noche, Caperucita, estaba cerrando su famoso restaurante...
- ¿Su famoso restaurante?
- Sí, cuando de repente recibió una llamada telefónica...
- Era uno que le avisaba que vos le estabas haciendo mierda su cuento.
- No, era su mamá que le pedia que pasara de la abuelita a dejarle algo de comer. Le dijo así: "Blancanieves..."
- ¿"Blancanieves" le dijo?
- Si, "Caperucita" se llama el cuento, pero a ella le encantaba que le dijeran "Blancanieves". Entonces el tío le dijo así...
- ¿No era la mamá la que estaba en el teléfono?
- Nunca dije que fuera la madre... por favor, presta atención. Dejame seguir, le dijo asi: "Blancanieves, cuando cierres tu famoso restaurante llevale algo a tu abuelita que recien me habló y dice que está con un hambre bárbaro".
- ¿Y por que la abuelita no la llamó directamente al restaurante?
- Porque se le olvidaba el número.
- ¿Y por qué no lo tenía anotado en un papelito al lado del teléfono?
- Porque el lápiz se lo habia prestado a un humilde cazador.
- ¿El que aparece al final del cuento?
- Exactamente, que fue el que atendió el teléfono.
- Che ¿No lo había atendido la misma Caperucita?
- ¿Quien? ¿Blancanieves?
- Si.
- No creo, ella no tenía teléfono.
- ¿Y donde recibió la llamada si no tenía teléfono!?
- Ahí esta la gracia, escuchá: entonces el humilde cazador le dijo a la mamá.
- ¿Por qué era "humilde cazador"?
- Porque si hubiera sido rico tendría empresas pero no sería cazador. Ahora callate y dejame contarte el cuento.
- ¿No tenés otro? No entiendo un carajo.
- Porque no prestás atención. Entonces el humilde cazador le dijo: "Mire señora, su hija se fue a un baile a que le probaran un zapatito".
- ¿Ese no es el de Cenicienta?
- No, en el que hay un baile es el de Pinocho.
- En el de Pinocho nunca hubo un baile, porque el no era como los demas niños.
- El que no era como los demas niños era Frankestein.
- Pero... si él era un monstruo.
- Por eso no era como los demas niños. ¿Querés que siga o cambio?
- Y no, seguí...
- Y entonces la abuelita le dijo...
- ¿Cual abuelita? ¿No estaba hablando con la mamá?
- ¿Ves? No entendés nada! ¿No te dije que la mamá era sorda?
- ¿Sorda?
- Y claro, le habían hecho una operación, pero no quedó bien.
- ¿En el cuento dice eso?
- Por supuesto, yo nunca te mentiría. Sigo. Entonces le dijo: "No importa yo igual la llamo después, no se olvide de darle mi recado". Pero ni bien colgó el cazador ya se había olvidado y ese mismo dia la abuelita hubiera muerto de hambre... si no fuera porque pasó un lobo y se la comió. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¿Te gustó?
- Al medio no lo entendí, pero estuvo bueno.
- ¿Que parte no entendiste?
- La de los ladrones que entran a la pizzería.
- Y, porque no prestás atención. Mañana te cuento otro.