¿Qué carajo miran? volver


Existe una actitud en ciertas mujeres que tiende a ponerme bastante nervioso. Qué cuál es esa actitud?. Veamos. Un día como cualquier otro vamos caminando tranquilamente por las calles de nuestra queridísima Reina del Plata; traje y corbata, sobretodo gris oscuro, portafolio colgado del hombro, anteojos negros y esparciendo un poco de Yves Saint Laurent por el aire; o sea... todo un potro!. La tarde está hermosa y hasta el momento viene pintando tranqui hasta que nos cruzamos con una hermosa chica. Como no somos de madera, no podemos evitar que nuestros ojos nos den dos vueltas sobre sus órbitas y ponerla en bolas con la mirada, naturalmente haciendo un esfuerzo por ser un poco disimulados. Babosos si, pero que no se note, eh!. Qué hace ella entonces?. Con total descaro, se olvida que trae colgando del brazo derecho un novio y nos mira con cara de "guacha infernal", haciéndonos una caída de ojos. Qué hacer?. Qué acción tomar?. Qué ocultas intenciones tuvo esa mirada?. Veamos. Una vez que logramos reaccionar y nos convencemos que sin lugar a duda fue una mirada provocativa, podríamos elegir alguna de las siguientes alternativas. En primer lugar, tratar de salir del pozo de Telefónica dentro del cual nos hemos caído por mirarla y segundo...

  • Plan A
    Medir el tamaño del zapallo que la acompaña, tratar de sopesar la fuerza de su "pegada" y entonces boxearlo. Una patada voladora a la nuca podría desmayarlo y entonces podríamos irnos corriendo del brazo de la señorita. Si en cambio el sujeto es demasiado grande, podríamos arriesgarnos a que este no desfigure el rostro, tal vez así la chica lo deje por nosotros, con la excusa que es un cavernícola. Esta última opción es algo riesgosa. Además, puede ser que después de todo ella no quiera un novio sin dientes.

  • Plan B

    Fingir que la conocemos, acercarnos a ella y pedirle que nos "recuerde" su teléfono haciendo caso omiso del grandote que la acompaña?. Cara de pavote tiene... Pero esos bíceps... Además, corremos el riesgo de tener que comenzar a dar explicaciones. Qué de donde la conocemos?. Qué desde cuando?. Y si por casualidad la turra en cuestión se hace la boluda, podemos quedar pagando como el mejor selputados bajo un baldosa floja.

  • Plan C

    Salir corriendo como loco, dar la vuelta manzana y volverlos a cruzar, fingirnos encuestadores y sacarle el fono a ella?. Podría funcionar. Pero sobre qué corno hacer la encuesta?. Que sobre "qué tiene que hacer este sábado?". Olvídelo, grandote vigila!.

Creo que no hay una excusa valedera para acercarse a ellas. Solo nos queda salir del boquete de Telefónica, sacudirnos las pilchas y proseguir nuestro camino, con la cabeza gacha y la picha en alto. Y por sobre todas las cosas, tratando de no hacernos la fatídica pregunta, la inevitable pregunta, la remaldita e inquietante pregunta: - Nos habrá pasado también a nosotros, de ir caminando por la calle del brazo de nuestra media zapalla... ?. Por las dudas esté atento.