Antecedentes de doping en el deporte volver


1954.
El velocista ingles Charles Medoy es descubierto al no poder disimular su adicción. Segundos después del disparo inicial de una importante carrera: las mundialmente famosas Seis Vueltas de Oxford, quien fiscalizaba el evento notó que, mientras todos los participantes corrían, Medoy estaba en la línea de largada. Alarmado, le preguntó "¿Y usted? ¿Por qué no corre?". Presa de una curiosa agitación, con los ojos fuera de las órbitas y echando espuma por la boca, el deportista contestó "Porque en vez de seis vueltas di once, y ya llegué".

1963.
Se pierde para siempre el excelente arquero centroamericano Tomás F. Drina. Corrían 12 minutos del primer tiempo y su equipo ganaba 5 a 0. Por ende, todos juzgaron sospechoso que el guardameta corriese hasta el otro arco cuando un coequiper se aprestaba a patear un corner. Peor aun fue que Drina, en medio del área rival, tomara el balón con las manos, eludiendo luego a jugadores propios y ajenos, a la policía, a los directivos del club, a sus propios simpatizantes y a la hinchada rival, corriendo finalmente hasta su casa en donde aun hoy se mantiene, encerrado, negándose a salir. Y sin devolver la pelota.

1972.
El centrodelantero español Armando Bardo se pone en evidencia. Al saltar para cabecear un centro, Bardo quedo parado sobre el travesaño. Alli permaneció, furioso y desafiante, golpeándose el pecho con los puños y gritando "Vengan, coño ¡Vengan!". Ya entrada la noche, fue convencido de bajar. Pero lo más patético del caso es que ese dia su equipo no jugaba.

1980.
En el Torneo Internacional de Calcuta, un equipo de voley femenino integrado por Coca Ina, Esther Oides, Flor Defalopa, Irma Tandose y Ana Bolicos; es expulsado del certamen. Los árbitros, con evidente buena voluntad, llegaron a tolerar que las jugadoras no hicieran mas que reirse, llorar, babear, insultar a sus rivales y tratar de mantener relaciones sexuales con la pelota. Pero fue demasiado que se comieran la red sin convidar a nadie.

1987.
Jean Pierre Nariguette, el esgrimista francés quien habia conseguido eludir los análisis mediante algún truco que nunca fue descubierto, comete un error fatal. Durante una conferencia de prensa y ante el horror de los presentes, Nariguette perdió el control y la noción de lo que estaba haciendo: luego de pronunciar la frase "juro que no consumo estimulantes" la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió. Y la repitió.........