Todo loco que hace verso se lo dedica al amor, a la novia, al coliflor, al más bueno, al más perverso, pero, por aquí me tuerzo y saliendo de la ruta hago un verso a la minuta dedicándoselo al choto, póngale música el orto y tóquelo una gran puta.
El choto según la Biblia, por obra del Padre Eterno, es un capullito tierno que traemos al nacer y luego empieza a crecer en distintas dimensiones: los hay gruesos, cabezones, finos, largos o muy ñatos, otros que se quedan chatos pegadito a los cojones.
El choto que es un juguete para la más tierna infancia comienza con arrogancia a levantar el copete pero, el travieso purrete, empieza a las sacudidas y va aprendiendo enseguida el juego del "sube y baja" que termina en flor de paja pensando en alguna mina. Ya siendo joven de agallas se siente de pelo en pecho y entra a tallar derecho por el amor a la raya, arma bronca dónde vaya y si se siente ofendido arremete bien erguido y para lavar la ofensa deja una concha sangrienta o un ojete mal herido.
Atorrante y vagoneta vive en un monte escondido y se refugia en el nido de una peluda cajeta, es mañero y es sotreta, su fama es reconocida, es el rey de la guarida, se divierte, le hace fiestas y si la argolla contesta la caga de una escupida.
El choto es flor codiciada por su porte distinguido, ¡es hermoso un choto erguido con su testa colorada!, por eso es un cagada que el dueño muy placentero lo sentencie prisionero por la ley del casamiento, sometiéndolo al tormento de tapar un solo agujero. Pobre choto que macana, lo metieron en prisión poniéndole condición: ¡¡¡Dos veces a la semana!!!. Por esto es vulgar banana que la pelan con finura; se acabaron las posturas de la silla, el caballete, de la almohada en el ojete con las piernas levantadas.
Él no es fulano de tal, no lo nombren de ese modo porque tiene más apodos que el más feroz criminal: le dicen garchabagual, verga, chipote, belín, la poronga, el salamín, el tiento, la colorada y una boluda embobada lo llama "Mi pirulín".
El choto que llega a viejo no tiene jubilación, se refugia en un rincón en medio de los pendejos y enfundado en el pellejo es un muerto que camina, es flauta que desafina cuando quiere dar la nota y ya no le da pelota ni la más puta cochina.
El choto ha hecho historia y aquí le rindo homenaje, lleven siempre en la memoria el recuerdo que les traje.
ANÓNIMO
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