Taller mecánico volver


Ir a un taller mecánico es una de las experiencias más excitantes y aterradoras a las que alguien se pueda enfrentar. Yo no sé nada de mecánica, pero me encanta ver como se arreglan los automóviles ajenos.

Calculo que he pasado por lo menos una cuarta parte de mi vida llevando mis coches a arreglar y por eso creo conocer a todas las especies de mecánicos.

Ellos no son humanos, parecen engendros diabólicos sabios, capaces de saber cosas que los seres normales nunca comprenderíamos aunque nos lo propongamos, como por ejemplo cambiar un neumático o limpiar un borne, solo para nombrar lo mas difícil. Amigos lectores, estos datos los he recopilado en mis años de experiencia tratando con estos seres extraordinarios.

TIPOS DE MECANICOS:

  • EL SEÑOR:
    Cerca de nuestra casa siempre hay un "señor" que arregla coches en la calle, generalmente anda medio en pedo y con una remera que alguna vez fue azul. El color del "señor" nunca nadie lo ha sabido. Presume que para él no hay falla que no pueda arreglar y opina que todos los que arreglaron el vehículo anteriormente son unos ineptos que nos robaron. El único honrado es él mismo, segun él mismo (valga la honradez). Siempre hay algún amigo irresponsable que nos convence de llevar nuestro automóvil con ese ser.
    Recuerde, amigo lector, que si a su coche lo toca un "señor" de esos, se jodió para siempre, es como entrar en el mundo de la droga o de la prostitución; no hay vuelta atrás, porque inevitablemente uno se envicia y sigue llevándole el coche a "el señor" a sabiendas de que cada vez queda peor; es más, se lo recomendamos a otros amigos.

  • LOS GENIOS:
    Son, generalmente, señores italianos o españoles de mal humor que no aceptan que nadie opine del problema que uno sabe que tiene el coche que anda día y noche con nosotros. Uno le dice aterrorizado: "Creo que le está sonando la rueda delantera derecha". El nos mira con un profundo desprecio y dice que no, que es la caja y que hay que bajar el motor a riesgo de tener que anillarlo, cambiar el árbol de levas, el camarín, los pistones y, si sigue sonando, revisar una cosa misteriosísima, la cual nunca he podido saber que es, ni donde queda, y que se llama tripoides.
    Si uno es hombre, es peor, por que tiene que dárselas de que entendió lo inentendible, por que si no todos los del taller piensan que uno es trolo. Un ejemplo: Usted pregunta, ¿y que es árbol de levas? todo el taller le contestará al unísono: Aaaaayyyy...! se me rompió una uña...!

  • LOS AMIGOS:
    Los que son amigos pero no saben nada: Estos especímenes son peligrosísimos, porque son simpáticos, te brindan cafe, cerveza, cuentan chistes, pero le hacen caso a uno que no sabe nada de mecánica, al revés de los genios.
    A éstos se les dice, por decir algo: "¿No serán los inyectores?"... y zuas, sin pensarlo bajan los inyectores y... no, no eran y para colmo te dicen mientras te brindan una cerveza: "Vaya tranquilo que nosotros vamos a seguir desarmando. Cualquier cosita te avisamos..."

  • LOS MALANDRAS:
    Normalmente tienen sus guaridas escondidas en tenebrosas carreteras o en recónditos barrios. Estos talleres casi siempre los cuida un perro negro, sarnoso y bravo. "Tranquilo fiera, que acá se trabaja a conciencia, legal y muy bien... ¿o no Cacho?"... y por allá debajo de un vehículo de dudosa procedencia contesta Cacho: "Mse'... mse'...".

  • LOS QUE USAN DELANTALES PULCROS:
    Son talleres muy bien montados. Cuando uno llega, casi no te dejan hablar y todo lo que hablas te lo va anotando una secretaria en una computadora. Mientras uno más habla mas caro te sale. Te dan café y te mandan a sentar en una salita donde hay revistas y musiquita de Richard Clayderman. Ahí encontras a otras personas con caras asustadas igual que uno. Al rato te llaman por un altoparlante con una voz sensual: "Señor Nazoa...señor Nazoa... por favor pasar por la rampa número tres..." Nos movemos a la rampa número tres, como si fuéramos al quirófano o a un funeral. Allí está tu coche con el capó y todas las puertas abiertas, rodeado de hombres pulcros de delantales blancos y azules, diciendo que no con la cabeza cada vez que ven cualquier pieza de nuestro automóvil. Al parecer estos son los mejores mecánicos, porque son una combinación maléfica de todos los anteriores.

A los mecánicos les jode que el cliente esté allí mientras ellos arreglan el automóvil. Por eso en el taller a donde voy pusieron el siguiente letrero: "Las únicas personas que trabajan con el cliente encima son las putas".

La próxima vez que se accidente su automóvil, no insista, tírelo, es menos estresante y más barato.

Nota: Si el cliente de un taller mecánico es mujer, multiplique todos estos inconvenientes por diez.